Puente hacia China es una competencia para adolescentes de entre 15 y 19 años, de todas partes del mundo. Cada caño, dos concursantes por país viajan a China para la competencia a nivel internacional. Este año, en representación de Uruguay, viajaron Luana y Andrés.
En esta entrevista, Luana nos cuenta sobre lo que más le llamó la atención de China y de la competencia.
¿Cuándo comenzaste a estudiar chino?
Empecé cuando tenía 7 años, más o menos, con mi hermana. Mi padre tenía un amigo de España. Un día ellos estaban hablando y el amigo le contó que en España todo el mundo estaba aprendiendo chino, entonces mi padre pensó que era lo que se venía. Nos preguntó a mi hermana y a mí si queríamos empezar y le dijimos que sí.
Me gusta, es difícil pero está bueno.
¿Cómo te encontraste en China con el idioma?
Más que nada, estando allá me di cuenta que entender, entendía bastante. Aunque fuera por contexto iba sacando todo lo que decían. A veces me costaba más responder, más allá de que sabía cómo, me ponía un poco nerviosa.
¿Cómo es el proceso de selección para la competencia Puente hacia China a nivel nacional?
Para la competencia tenemos que preparar una parte de discurso, que es sobre uno y China: contar por qué estudias el idioma, si te gusta cómo es el idioma, ese tipo de cosas. Después hay una parte de cultura, para la que hay que estudiar 75 preguntas sobre gramática o cultura y son múltiple opción. Por último, hay que mostrar un talento personal; yo hice un baile chino.
Entonces, llegaron a China...
Sí. Los primeros tres días nos quedamos en Beijing, paseando. Fuimos a la Ciudad Prohibida, a la Gran Muralla, que estuvo impresionante. Después fuimos a una ciudad universitaria que queda un poco más al sur, allí fue la competencia.
Las tres partes de la competencia allá fueron iguales a las de acá, solo que en el discurso también teníamos un diálogo. Dos días antes hacían un sorteo y te tocaba un tema con el que tenías que armar un diálogo con tu compañero. A Andrés y a mí nos tocó hablar de lo que estábamos más orgullosos de nosotros mismos.
Con respecto a las comidas en China: ¿te gustaron?
¡Había arroz blanco todo el tiempo! Algunas cosas me costaron probarlas, de mirarlas nomás, no siempre me animaba. Y las que me animé, algunas me gustaron y otras no. Había “mantou” en todos lados, que es como un pan relleno y es riquísimo.
¿Qué fue lo que más te impactó de China?
Los lugares tan antiguos. Tiene esa mezcla de un lugar muy antiguo con algo re moderno al lado. Además también, las personas son muy serviciales, muy correctas.
